
Las sandalias de piel son el emblema de un verano relajado y con estilo. Sin embargo, su exposición las convierte en uno de los tipos de calzado más vulnerables al desgaste, enfrentando un doble frente: desgaste externo (entorno) e interno (contacto directo con la piel).
Los Retos Específicos del Calzado de Verano
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Plantillas manchadas: El contacto con la piel transfiere sudor y aceites, oscureciéndolas.
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Tiras resecas: La exposición al sol evapora aceites esenciales, dejándolas opacas y propensas a agrietarse.
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Acumulación de polvo: El diseño abierto permite que la suciedad se asiente en costuras y bordes.
El Ritual de Rescate y Mantenimiento
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Limpieza en seco primero: Usa un cepillo de cerdas suaves para eliminar polvo y suciedad superficial.
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Limpieza húmeda y nutritiva:
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Evita jabones agresivos.
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Usa Crema Universal de Saphir: aplica con paño de microfibra para limpiar manchas mientras sus ceras nutritivas reacondicionan la piel.
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Atención a detalles: Usa hisopo de algodón para zonas difíciles (bordes, hebillas).
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Secado a la sombra: Siempre al aire libre pero sin sol directo para evitar daños.
Realizar este mantenimiento cada pocas semanas durante el verano mantendrá tus sandalias impecables, garantizando que la piel se mantenga flexible y cómoda.
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